domingo, 18 de febrero de 2007

Barylko, J. "Qué pasa cuando el sol se oculta"

El sol se oculta. Está, pero nubes varias lo desnaturalizan. Por eso debemos pensar.
Cuando el calorcito nos envuelve no necesitamos pensar en el calorcito. Pero cuando el calorcito de pronto se evapora, deja un vacío por donde se cuela el frío y nos preguntamos mirándonos en silencio.- Si nos queremos tanto, ¿por qué nos cuesta tanto querernos?.
Es tiempo de pensar. Porque se nos acabaron los libretos de la vida, los manuales de la existencia. Antes, para llegar a comunicarnos, debíamos pasar por una serie de rituales, sonrisas, galanterías, hasta declararle a la amada nuestro sentimiento. Sin la famosa declaración no se podía ir a ningún lado. Y luego continuaban los rituales dictados por los ancestros que había que cumplir uno a uno.
En este siglo se esfumaron los rituales. Somos mucho más espontáneos, eludimos tantos laberintos comunicativos y la franqueza es la que reina. Me gustas, te gusto, nos besamos, y cantamos bajo la lluvia sin pedirle permiso a nadie y sin consultar a nadie sobre cómo debemos comportarnos.Mucho menos nos interesa, por cierto, qué opinarán nuestros padres o los amigos. Tú y yo, solos, entre nosotros, y nada más, y nadie más.
Cambiaron los tiempos. Soplan nuevos vientos y en el primer encuentro, y después del casamiento, y cuando nacen los hijos.
El nene dice: A mí no me grites. La esposa dice: Si no te gusta, cocinate solo el puchero. El esposo dice: Yo veo el partido de fútbol y ustedes se callan la boca, che.
¿Con qué derecho? -protesta la nena.-¡Te crees superior a nosotros!-ataca la mujer.
Todos tienen razón. Todos son iguales. Es cierto, cambiaron los tiempos. No hay superior, no hay inferior, y por eso no hay regla ni código ni exigencia que valga en términos absolutos. Todo es cuestionable. Es la libertad. Sólo que... ¡Qué difícil es con-vivir en la libertad individualista de cada cual haciendo lo que más y mejor se le canta desde su lírico interior!
Y se quieren. él, la señora, el nene. Se quieren. Pero no saben cómo hacer para quererse un poquito mejor, sin arrojarse bandadas de agresiones individualistas. Por eso pienso, porque es tiempo de pensar. Antes venía todo prefabricado por los abuelos. Ahora que somos libres, nada viene hecho. Hay que hacerlo todo, entre nosotros, y a tal efecto hay que pensar.
¡Todo un trabajo, te digo!

1 comentario:

Virginia dijo...

Nosotros creemos que las cosas cambiaron, que en estos tiempos todos se centran en la libertad individualista, niños y adultos son iguales. Esto es porque estos niños no encuentran una figura adulta, un modelo a seguir, porque todos "somos iguales". Hace falta que los adultos asuman sus responsabilidades como tales, y que ademas pongan límites. Por parte de los niños debería existir mayor respeto hacia los adultos.
Para nosotros todos tenemos que tomar conciencia de este problema social para construir un buen "libreto de la vida" para las generaciones futuras y de esta forma poder convivir mejor con nuestra familia y formar buenas personas.

Virginia Frezzotti y Pablo Demaria
2ºI Cs Soc.